Interessant article publicat per Ignacio Ramonetd en Le Monde
diplomatique
A aquellos ciudadanos que aún lo ignoraban, la crisis
les está demostrando que los mercados financieros son los principales protagonistas
del actual momento económico de Europa. Representan un cambio fundamental: el
poder ha pasado de los políticos a los especuladores de Bolsa y a una cohorte
de tramposos banqueros.
Cada día, los mercados mueven sumas colosales. Por
ejemplo, casi 7 billones de euros, sólo en deudas de los Estados de la
eurozona, según el Banco Central Europeo. La decisión colectiva diaria de esos
mercados puede ahora derrumbar Gobiernos, dictar políticas y someter a pueblos.
El drama, además, es que estos nuevos “amos del mundo”
no sienten ninguna preocupación por el bien común. La solidaridad no es su
problema. Menos aún la preservación del Estado de bienestar. La única
racionalidad que los motiva es la codicia. Especuladores y banqueros, movidos
por la avidez, llegan a comportarse como mafias, con mentalidad de aves de
rapiña. Y con una impunidad casi total.
Desde que, en 2008, estalló la crisis –en gran
parte causada por ellos–, ninguna reforma seria ha conseguido reglamentar los
mercados, ni meter en vereda a los banqueros. Y a pesar de todas las críticas
formuladas contra la “irracionalidad del sistema”, el comportamiento de muchos
actores financieros sigue siendo igual de cínico.
Es evidente que los bancos representan un papel clave
en el sistema económico. Y que sus actividades tradicionales –estimular el
ahorro, dar crédito a las familias, financiar las empresas, impulsar el
comercio– son constructivas. Pero desde la generalización, en los años
1990-2000, del modelo del “banco universal”, que añadió toda clase de
actividades especulativas y de inversión, los riesgos para los ahorradores se
han multiplicado así como los fraudes, los engaños y los escándalos.
Recordemos, por ejemplo, uno de los más
desvergonzados, protagonizado por el poderoso banco de negocios estadounidense
Goldman Sachs que hoy domina el universo financiero. En 2001, ayudó a Grecia a
maquillar sus cuentas para que Atenas cumpliese los requisitos y pudiese
ingresar en el euro, la moneda única europea. Pero en menos de siete años,
aquella fullería se descubrió y la realidad estalló como una bomba.
Consecuencia: “Casi un continente sumido en la crisis de la deuda; un país,
Grecia, expoliado y de rodillas; recesión, despidos masivos, pérdida de poder
adquisitivo para los trabajadores; reestructuraciones y sacrificios de los
beneficios sociales; planes de ajuste y miseria” .
¿Qué sanciones recibieron los autores de tan nefasto
engaño? Mario Draghi, ex vicepresidente de Goldman Sachs para Europa, al
corriente por tanto del fraude, fue premiado con la presidencia del Banco
Central Europeo (BCE)… Y Goldman Sachs cobró en recompensa, por el maquillaje
de las cuentas, 600 millones de euros… Confirmando así un principio: en materia
de grandes estafas organizadas por los bancos, la impunidad es la regla.
Lo pueden confirmar los miles de ahorradores españoles
que compraron acciones de Bankia el día en que esta entidad salió a Bolsa. Se
sabía que no tenía ninguna credibilidad y que el valor de su acción, según las
agencias de calificación, ya estaba a un paso del bono basura…
Los ahorradores confiaron en Rodrigo Rato, presidente
entonces de Bankia y ex director general del Fondo Monetario Internacional
(FMI), quien no dudó en afirmar el 2 de mayo de 2012 (cinco días antes de
dimitir ante la presión de los mercados y poco antes de que el Estado tuviese
que inyectar en la entidad 23.500 millones de euros para evitar su quiebra):
“Estamos en una situación de mucha robustez desde el punto de vista de
solvencia y también desde el punto de vista de liquidez” …
Cierto es que, menos de un año antes, en julio de
2011, Bankia había superado aparentemente las “pruebas de resistencia”
realizadas por la European Banking Authority (EBA) a las 91 mayores entidades
financieras de Europa. Bankia había obtenido un Core Tier I Capital
(capital de máxima resistencia) del 5,4% , frente a un mínimo exigido del 5%
en una situación de máximo estrés. Lo cual da una idea de la incompetencia e
ineptitud de la EBA, organismo europeo encargado de garantizar la solidez de
nuestros bancos…
Otras personas que pueden testimoniar sobre la
desfachatez de los banqueros son las víctimas, en España, del “escándalo de las
participaciones preferentes”. Un fraude que afecta a más de 700.000 ahorradores
que han perdido sus economías. Se les hizo creer que adquirían algo parecido a
un depósito a plazo fijo… Pero las participaciones preferentes son un producto
financiero que no está cubierto por el fondo de garantía de los bancos. Éstos
no están obligados –si no poseen liquidez– a devolver el capital inicial, ni
los intereses generados.
Este timo también ha revelado que los ahorradores
españoles víctimas de engaños bancarios no pueden contar con la protección del
Banco de España o de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) .
Ni, obviamente, con la del Gobierno que sigue ayudando masivamente a la banca
mientras su política de recortes y austeridad castiga en permanencia a la
ciudadanía. Para ayudar al sistema bancario español, Mariano Rajoy solicitó a
la Unión Europea un crédito de hasta 100.000 millones de euros. Entretanto, los
bancos españoles siguen favoreciendo la huida masiva de capitales… Se estima
que, hasta septiembre pasado, 220 000 millones de euros se habían fugado
oficialmente de España … Una suma más de dos veces superior al crédito
solicitado a Europa para salvar el sistema bancario español.. (...)
¿Hasta cuándo las democracias podrán soportar esa
impunidad? En 1932, en Estados Unidos, Ferdinand Pecora, un hijo de emigrantes
italianos que llegó a ser fiscal de Nueva York, fue nombrado por el presidente
Herbert Hoover para investigar la responsabilidad de los bancos en las causas
de la crisis de 1929. Su informe fue abrumador. Propuso el término de
“banksters” para calificar a los “banqueros gángsteres”. Sobre la base de ese
informe, el presidente Franklin D. Roosevelt decidió proteger a los ciudadanos
de los riesgos de la especulación. Sancionó a toda la banca imponiéndole el
“Glass-Steagal Act” y estableciendo (hasta 1999) una incompatibilidad entre dos
tipos de actividades: los bancos de depósitos y los bancos de inversión.
¿Qué gobierno europeo de la zona euro tomará una decisión semejante?
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